El Parlamento de Ucrania ha estado discutiendo una ley que prohíbe la "propaganda pro gay"
BBC Mundo
De aprobarse, en el país
europeo no estaría permitido dar una "imagen positiva" de los
homosexuales, ni celebrarse desfiles del orgullo gay y ni siquiera ver
en los cines una película como "Brokeback Mountain" ("En terreno vedado"
o "Secreto en la montaña"), que relata la historia de dos vaqueros que
tienen una relación amorosa.
La norma, que contempla desde
multas de un importe no determinado hasta cinco años en prisión para
quienes reincidan, ha sido calificada por defensores de los derechos de
los homosexuales como "una vuelta a la Edad Media".
Hasta hace algunas décadas,
ser gay era considerado un delito en Ucrania y en el resto de países de
la Unión Soviética. Pero este país, que en alguna medida tiene una
sociedad abierta y tolerante, fue la primera exrepública soviética en
despenalizar la homosexualidad en 1991.
Además, en Ucrania ha surgido
un movimiento de defensa de los derechos de los homosexuales y en el
centro de Kiev hay bares gay que operan libremente. Sin embargo la ley,
que pasó su primer trámite la semana pasada, cuenta con un amplio
respaldo.
Los principales partidos
políticos están a favor, y las encuestas indican que la mayoría de los
ucranianos abogan por restringir de alguna manera los derechos de las
minorías sexuales.
Una de las promotoras de la
norma es la iglesia evangélica Esperanza Cristiana de Kiev. Situada en
un edificio de cinco plantas a las afueras de la ciudad, ofrece todo
tipo de servicios de educación y de caridad y se ha logrado expandir por
todo el país, donde ya hay 150 templos. Además, esta iglesia ha
recolectado miles de firmas en apoyo a las tres leyes antigay que se
tramitan este año en el Parlamento.
Después de un entusiasta
servicio enfocado en las agonías del pecado y en la dicha de la
salvación, me encuentro con el pastor Valery Reshetinsky. Para él, la
lucha contra la homosexualidad es una cuestión de "seguridad nacional"
de la que depende la supervivencia de Ucrania. "Ese es el asunto", me
dice.
"En una democracia real, mi
libertad y mis derechos están limitados por la libertad del otro". En su
opinión, la libertad de expresión de las minorías sexuales es una
violación de lo que considera el inalienable derecho de no tener que oír
algo que encuentra ofensivo. "No se puede hacer todo lo que se quiere
porque hay gente que tiene los mismos derechos que tú", insiste el
pastor.
Reshetinsky cree que hay una
conspiración internacional para imponer ideas que no son
"características de Ucrania" a los niños. Más marginalización El primer
trámite de la legislación desencadenó una marea de condenas de
organizaciones de derechos humanos que calificaron la norma como "una
ley mordaza para los homosexuales". Además, según denuncian esos grupos,
la ley supondría una violación de las convenciones europeas e
internacionales y llevaría a una mayor marginalización de la comunidad
LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales).
También dañaría los esfuerzos
de contener el ya estratosférico índice de infección por VIH en el caso
de que, por ejemplo, se prohibieran algunos anuncios para tratar de
prevenir el sida. Quizás no es una coincidencia que en los últimos meses
varios activistas gays hayan sido atacados.
La primera marcha gay
convocada en Kiev en mayo fue suspendida a último momento después de
recibir violentas amenazas de grupos de extrema derecha. Inmediatamente
después de que anunciara esa decisión en una conferencia, un grupo de
hombres enmascarados le dio una paliza a Svyatoslav Sheremet, el
director del Foro Gay de Ucrania. Un mes después, otros individuos
asaltaron al grito de "maricón" a otro de los organizadores del desfile.
Estas agresiones han generado una fuerte polémica que ha dejado a pocos
indiferentes.
En el concierto de clausura
de la Eurocopa 2012, que tuvo como una de sus sedes a Ucrania, Elton
John denunció los ataques y la legislación en trámite. "Les suplico:
basta de violencia contra los gays", dijo el cantante británico ante
100.000 personas en una plaza central de Kiev.
No a Bob Esponja Los
partidarios de la ley como Ruslan Kukharchuk, el fundador del grupo Amor
contra la Homosexualidad, niega que sean intolerantes y añade que los
gays pueden hacer lo que quieran "en la privacidad de sus cuartos".
Sin embargo, Kukharchuk ha
escrito sobre lo que llama la "homodictadura" que, asegura, domina la
sociedad occidental y acosa a quienes son religiosos y están en contra
de la homosexualidad. Para él, la propaganda gay es "agresiva", ya que
implica que la homosexualidad "es normal, es buena y es parte de la
democracia".
De aprobarse, la norma
impediría que alguien envíe el mensaje de que no hay nada malo en ser
homosexual, sea en un editorial de un diario, en un discurso público o
en un desfile. Y los autores de la legislación han señalado a películas
como "Brokeback Mountain".
Otro filme, "Bruno", en el que
el comediante británico Sacha Baron Cohen interpreta a un diseñador
austriaco, fue censurado en Ucrania. Y hace unas semanas, una comisión
de expertos nacionales que se encarga de proteger la moralidad pública
dijo que analizaría las quejas presentadas por una asociación cristiana
sobre Bob Esponja y algunas películas de Disney.
La interpretación de la ley
podría llevar incluso a prohibir cualquier muestra de afecto en público
entre personas del mismo sexo como besos o andar tomados de la mano,
explica Kukharchuk. "Pero eso, dependería de si la corte lo considera
propaganda o no", matiza. Pese a la posibilidad de que se retroceda en
los derechos de los homosexuales y las amenazas físicas, la comunidad
LGBT no se deja intimidar. Cuando lo atacaron, a Karasiychuk le
rompieron la mandíbula y le provocaron un traumatismo craneoencefálico.
Pero dice que los gays no pueden volver al armario.
"Tenemos que ser más visibles
cada día. Tenemos que provocar esta conversación. Todos deben
preguntarse por qué no les gustan los gays".
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